Cada día sin que ocupes una vacante es un duro golpe para tu organización. Para darte una idea, Recruit Mind reporta que una posición que genere anualmente 100.000 libras puede representar hasta 274£ en pérdidas por cada día que la vacante continúe. En puestos que aporten mucho más valor, la cifra es más alarmante.
Ahora, piensa que no logras cerrar una vacante y ella se mantiene activa por, digamos, 6 meses. Los costos superan lo financiero e impactan otras dimensiones críticas de tu negocio. Entenderlos representa el primer paso para formar alianzas estratégicas que los eviten y agilicen la llegada de talento.
Pérdida de productividad y de ganancias
Una vacante disponible equivale a responsabilidades por cubrir, lo que genera una disminución directa en la productividad de tu equipo. Entre más decisivo sea el rol, más fuerte es la pérdida de eficiencia operativa en el desarrollo.
Peor aún, la ausencia prolongada de talento arrastra a los miembros restantes de tu equipo. ¿La razón? Pierden foco de sus tareas al dedicar tiempo a procesos y actividades que no les competen desde el inicio y que, muy probablemente, no asuman con la misma calidad.
Hablamos de un efecto cascada que desemboca en lanzamientos demorados y metas financieras incumplidas, perjudicando la proyección de ingresos por el deterioro de la capacidad competitiva de tu organización.
Un estudio de CERP lo confirma. Según el reporte, las organizaciones que duplican el tiempo en llenar una única vacante tienen una pérdida de ganancias del 3%. Cuando son muchos puestos ausentes, el impacto es mucho mayor.
Retrasos en proyectos
Después de la salida de un talento, es inevitable que sufras estragos con las fechas de entrega, mucho más si se trata de un puesto senior a cargo de un producto, servicio o departamento. Las consecuencias son enormes.
Un proyecto estático deriva en costos adicionales y pérdida de oportunidades de negocios. Los ingresos son menores a los proyectados, disminuyendo el margen de ganancias y afectando el presupuesto para otras iniciativas.
Lo más grave en el retraso de proyectos es cómo compromete la satisfacción de los clientes y de los propios inversores. Ocurre una pérdida de confianza que repercute directamente en tu reputación y la posibilidad de establecer relaciones comerciales clave para el crecimiento.
Tener un socio que te acerque al talento cuándo y dónde lo necesitas es la mejor prevención. Outsourcing, staff augmentation y headhunting son soluciones que minimizan las demoras, refrescan tu equipo y aceleran la llegada al mercado.
Sobrecarga de trabajo
El equipo que sufre la salida del talento es la víctima directa de una vacante rezagada. La razón es simple: los colaboradores absorben las tareas y responsabilidades del puesto en ausencia del candidato ideal, a veces relegando sus propias funciones.
El resultado es una sobrecarga de trabajo que deteriora la calidad de los procesos. Tu talento se distrae de lo que verdaderamente le compete por tomar tareas que no pueden asumir al 100% por no coincidir con su formación.
Junto a la calidad de tu producto y servicio, la saturación afecta también el propio ambiente laboral. La sobrecarga de tareas desemboca en mayor estrés y agotamiento, una situación que perjudica la moral del equipo, la eficiencia operativa y la retención.
Según datos de Certify Me, el 91% de los empleados afirman que el estrés excesivo afecta la calidad de su trabajo. Además, 15% afirma que el estrés los ha motivado a buscar trabajo para salir de su ambiente actual. Esto nos lleva al siguiente punto.
Aumento en la rotación del personal
Cuando el talento se satura y el ambiente de trabajo se vuelve insostenible por la falta de personal, la rotación de empleados tiende a subir.
Imagina que eres un desarrollador front-end. Tu equipo tiene una vacante en back que no ha podido llenar por varias semanas. Eres el responsable de suplir el cargo hasta tanto no haya alguien. Pasa el tiempo, y la calidad de tu trabajo disminuye por no mantener el foco. Entre la presión y el estrés, cambiar de aires se vuelve una opción más atractiva.
Un talento saliente es una nueva vacante a ocupar y nuevos gastos que asumir. Por un lado, es una inversión de tiempo en capacitar colaboradores internos que llenen el cargo de forma permanente o temporal. Por otro, es un nuevo flujo de gastos en:
- Publicidad y mercadeo (ferias de empleo, marca empleadora).
- Tecnología (ATS, softwares de evaluación técnica).
- Procesos de selección (pruebas psicométricas, verificación de antecedentes).
- Servicios de terceros (agencias de reclutamiento, consultoras externas).
Además, la pérdida de experiencia y conocimiento acumulado afecta la continuidad y calidad del trabajo, generando retrabajos y demoras que incrementan los costos operativos.
Según información de Thirst, sustituir a un empleado puede costar entre el 50 y 200% de su salario anual. Además, el reporte señala que las empresas con una alta rotación reportan una caída en las ganancias del 33%.
Fuga de candidatos a otras empresas
Es un hecho, los procesos lentos de contratación alejan a los candidatos más cualificados para la vacante. Con múltiples ofertas a la espera, prefieren organizaciones más resolutivas y dinámicas. Si la tuya no es así, lo más probable es que la olviden.
Datos de WePC lo confirman. El 60% de los candidatos abandonan los procesos muy lentos o complejos. Prefieren propuestas y métodos ágiles que minimicen la pérdida de tiempo y vayan directo a lo que importa.
Perder talento frente a otras empresas es mucho más grave si se trata de competidores directos. Imagina que la pieza clave que necesitabas impulsa los productos y servicios rivales. No solo pierdes una ventaja competitiva, también se la entregas a quien no debes.
El impacto de esta fuga no demora en reflejarse. Pierdes colaboradores cualificados en herramientas y procesos de vanguardia, tu capacidad de innovar se diluye, y se atrofia tu agilidad para responder a los saltos exponenciales del sector.
Menor innovación y estancamiento
Todo nuevo talento representa una mirada fresca. Un profesional que ingresa a tu equipo no solo trae un repertorio de herramientas y habilidades. También un conjunto de ideas y conocimientos sin sesgos con un potencial transformador inmedible.
Tu capacidad de innovar y para adaptarte sufre con una vacante prolongada. Un equipo incompleto tiene un menor poder de respuesta frente a sucesos, herramientas o cambios emergentes. No hay foco en generar ideas, sino en cubrir la ausencia y sostener el ritmo operativo.
El estancamiento tecnológico arriesga la competitividad en mercados dinámicos y altamente cambiantes donde mantenerse en vanguardia es necesario para mantenerse relevante. Cuando los otros van a 1000 km/h cuando tú apenas vas por los 500, la brecha es enorme.
Deterioro de la marca empleadora
Mantener vacantes críticas abiertas por tiempos prolongados deteriora el valor de tu marca empleadora, la imagen que tu organización proyecta hacia los candidatos activos y también hacia los empleados. El golpe no se mide directamente, pero se refleja en muchos ámbitos.
Toma este ejemplo. Glassdoor reporta que el 83% de quienes buscan trabajo revisan las puntuaciones y reviews de las empresas para decidir dónde aplicar. Si los candidatos se quejan de la lentitud de tu proceso, ¿proyectas una buena imagen?
Este impacto aplica frente al mercado laboral, los clientes, empleados y aliados estratégicos. Todos sospechan por qué no has llenado un puesto durante tanto tiempo y cuestionan la efectividad de tus métodos de reclutamiento y selección.
Pregúntate esto: ¿tú confiarías en una empresa que no ha podido cerrar una vacante crítica por 6 meses?